Historia del Casco Viejo

Historia del Casco Viejo de Bilbao. El Casco Viejo o Siete Calles (Zazpi Kaleak, en euskera) es el núcleo originario y más antiguo de Bilbao. Cuando Don Diego López de Haro, XI señor de Bizkaia, otorgó la carta Puebla a los pobladores de aquel emplazamiento en 1300 –lo que la convertía en la Villa de Bilbao-, aquella pequeña aldea ya miraba a la ría y al comercio como ejes fundamentales de su quehacer diario. Apenas tres calles, ligadas al entonces alcázar y después iglesia de San Antón, dieron origen al Casco Viejo: Somera (Goienkale), Artekale y Tendería (Dendarikale). El crecimiento siguió en otras cuatro calles, igualmente, paralelas a las anteriores: Belostikale, Carnicería Vieja, Barrenkale y Barrenkale Barrena. Junto a ellas, el templo de Santiago, y actual Catedral, ya citada en la propia carta fundacional de la Villa.

Esas serían las Siete Calles que dan nombre, por extensión, a todo el Casco Viejo de Bilbao. Una muralla y diversas torres envolverían a aquel Bilbao hasta casi el año 1500. Después, buscaría su primera expansión “extramuros”, hacia los arrabales de San Nicolás y Askao y hacia el Arenal.

Así, a comienzos del siglo XVI, Bilbao va afianzando su vocación comercial y marinera. La Villa se consolida como plaza mercantil y está documentada la existencia de 20 armadores. Ello le llevaría a una época de prosperidad que apuntalaría  su ensanche progresivo. Surgiría entonces la calle Ronda, donde antes se asentaba la muralla y dónde hoy todavía se pueden ver algunos restos.

Del Portal de Zamudio partió la Calle Real o Cruz, que permitía la ampliación de la urbe hacia Ascao, zona peñascosa al borde de la colina de Artagan, y hacia la actual calle Esperanza. Más tarde, estas dos calles darían paso a la calle Sendeja, que era una pequeña senda de la citada colina de Artagan hacia los arenales del ancho meandro, que formaba el cauce de la ría por estos lugares, antes de su encauzamiento actual.

Surgen, también, nuevas calles paralelas o próximas a la última de las siete existentes (Barrencalle Barrena), tales como Pelota, cuyo nombre se debe a que en ella estuvo el primer frontón bilbaíno conocido; Santa María, que partía del Portal de la muralla Nuestra Señora del Socorro; Torre, porque allí estaba la Torre de Zurbarán; Perro, con su fuente del Perro, conocida anteriormente como Chorro de San Miguel, por la cercanía de la Torre de la muralla San Miguel; Nueva, Merced y alguna más.

Quedaría conformado, así pues, antes de 1600 buena parte del Casco Viejo. Sería mucho después, hacia 1786 cuando se edificaría la zona comprendida entre la calle Sombrerería y la nueva iglesia de San Nicolás, inaugurada en 1.756 y calle de la Estufa (Hoy Viuda de Epalza). En este Plan se encontraba, entre otros, el referente a la Plaza Nueva. Esta plaza, que sustituiría a la del Ayuntamiento o Vieja (junto al actual Mercado de la Ribera) se construiría, tras un largo periplo burocrático, entre 1829 y 1851.